4T, DA VERGÜENZA
*El daño económico al país está hecho como lo es en salud y seguridad. Cómo se atreven los morenos a presumir un aumento en las remesas que llegan del extranjero, cuando eso es un reflejo de lo mal que está el país, es el indicador más claro de que cientos de miles de mexicanos huyen de la precaria situación en que la 4T nos tiene en lo económico, sanitario y seguridad.
Miguel A. Rocha Valencia/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/Sol Campeche/La Opinión de México
Miles se van a buscar las oportunidades que aquí no hay y prefieren irse que vivir de limosnas electorales; otros, huyen por la inseguridad al ver que son asesinados o esclavizados por el crimen organizado impunemente, sin esperanza.
Unos más incluso se van a buscar un medio más saludable que el existente en México donde el mal manejo de la pandemia y la lentitud de vacunación, cobró cerca de 300 mil vidas y ha generado más de 2.5 millones de contagios, con un vergonzoso cociente superior al 10 por ciento en mortalidad.
Y digo sin esperanza porque el muchachón de Palacio Nacional mantiene la misma línea de empobrecimiento del país, al más anquilosado estilo socialista, acusando a quienes no son de su caterva o se someten a su voluntad, de corruptos o enemigos.
Por lo pronto y pese al “arrastre” de Estados Unidos que invertirá en serio para sacar a su industria adelante y con ello propiciar pronta recuperación y crecimiento, en el país no se ve la puerta; el Mesías, peleado y acusando a los empresarios de explotadores, les quita lo que tienen y ni siquiera les lanza un salvavidas.
De los casi cinco millones de micros, pequeñas y medianas empresas que había en el país, se salvan hasta hoy 3.85 millones, es decir, más de un millón desapareció con todo y empleos, capital y empuje a la economía doméstica.
¿Esa gente de qué va a vivir? Muchos, ya se fueron a engrosar las filas de la migración ilegal, lo mismo que quienes huyen del crimen que asesina o los somete para servir de halcones, sembrar, producir, empaquetar o trasladar drogas o les quita sus tierras. Claro que aumentan las remesas.
Por eso, aunque los datos del FMI sean correctos en el sentido de que el país crecerá al cinco por ciento en este año, y será parte de la recuperación, de acuerdo con el Banco de México, el fenómeno no será sostenible dados los problemas de inversión. No hay, los capitales se fueron y sigue huyendo, los mismos los que estaban en inversión fija que en bonos de gobierno. No llega nueva o ingresa a cuenta gotas, con precaución, pero no a riesgo.
La llegada de inversiones nuevas no se avizora, se cerraron los campos de las energías, comunicaciones y aeronáutica, lo mismo que en la construcción y especulativa en bonos gubernamentales; existe el temor fundado que, dadas las políticas del Ganso de Macuspana, que no respeta contratos nacionales ni internacionales, como lo asegura la encuesta del Bank of América que ve en las reformas eléctricas, un intento de expropiación, así como la salida de México del banco de inversiones JP Morgan.
Peor aún, frente al optimismo que desborda el secretario de Hacienda, Arturo Herrera por el crecimiento pronosticado para este año derivado de la dinámica de Estados Unidos, el mismo Fondo Monetario Internacional coincide con nuestro banco central en el sentido de que ese aumento del cinco por ciento, que estará por debajo en 3.9 por ciento del que se tenía antes de la pandemia, no será sostenible porque simplemente México no hace su tarea y se espera que concluido el cuarto año del actual gobierno, es decir en 2022 estemos 1.1 por ciento por abajo del PIB que recibió el Mesías tropical.
Es decir, no se tratará de un crecimiento, sino en todo caso de una recuperación, la cual no será suficiente para superar el estado en que se encontraba el país antes del régimen de la Cuarta.
Además, existen factores que impedirán un mayor crecimiento, como el que la deuda de México represente el 60 por ciento del PIB para 2024, la nula inversión productiva para sostener programas clientelares a fondo perdido y los malos negocios del gobierno en materia de energía, aeronavegación y comunicaciones donde la iniciativa privada nacional o extranjera, no le va a entrar, por lo mismo, desconfianza e inestabilidad de las políticas públicas.
De hecho, al cierre del año pasado, la deuda del gobierno registró 60.6 por ciento del PIB, que incorpora un aumento histórico de siete puntos del Producto en solo 12 meses, resultado de la depreciación cambiaria y el desplome de la actividad económica generado por la crisis del Covid-19. Se incluyen en ese incremento los fondos de seguridad social que anuncia el caudillo aumentarán, así como el débito de Pemex y CFE.
Así que pase lo que pase, el daño está hecho; solo los gringos pueden salvarnos, claro si nuestro caudillo los deja.