Reportajes Especiales

UNA REVOLUCIÓN ESTÁTICA, LA DEL 68´ (6/7 PARTES)

Redacción/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/Sol Campeche/La Opinión de México

 

Ciudad de México.- El expresidente del PRI, Carlos A. Madrazo se lanzó contra los que no son abiertos sostenedores del mal, pero tampoco del bien, “no roban, pero dejan robar; son caritativos, pero no dan nada al desvalido; no son traidores, pero no son leales; no asaltan en despoblado, pero no defienden al asaltado; no conspiran contra la sociedad, pero no cooperan a su engrandecimiento.

 

Y sí, que ruja el cañón como canta nuestro himno, pero que ruja para abatir tiranos”. El tabasqueño dijo que la revolución cometió el tremendo error de permanecer estática, que nuestras fórmulas políticas ya eran muy atrasadas y ya no operaban y que los mexicanos exigían una nueva dimensión del poder público, era necesario reformar la estructura política de México y modernizarla.

 

Añadió que cuando fue presidente del PRI luchó contra miles de mexicanos con intereses creados dentro del partido, por eso pedía una transformación política del país, “estoy consultando a unos 16,000 amigos para saber a corto plazo si hacemos la revolución dentro del PRI o si fundamos otro partido”.

 

Antes de un banquete, el 5 de mayo de 1968, comentó Madrazo que México había progresado económicamente pero retrocedió políticamente. El PRI estaba “fuera de época y bloqueaba el progreso, necesitaba el partido nueva sangre y nuevas ideas en sus filas”.

 

Y que las fórmulas políticas y económicas revolucionarias de hacía 30 años “estaban estancadas y no armonizaban con los adelantos de nuestra época”. La reforma agraria se había improvisado, no había créditos para trabajar la tierra, ni asistencia técnica, ni planificación para la producción agrícola.

 

Finalmente advirtió que en lo personal no era partidario de ninguna violencia, porque “luego no sabía uno dónde comenzó a prenderse el fuego en el pajar”.

 

En Estados Unidos sabían que Carlos Alberto Madrazo Becerra formó parte del grupo socialista “Los Camisas Rojas”, organizado por su protector Tomás Garrido Canabal, exgobernador de Tabasco y secretario de Agricultura en el gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas.

 

A sus 19 años quemó santos, aborreció a los católicos y hubo versiones de su participación en la matanza de cinco feligreses que fueron acribillados a la salida de la iglesia de Coyoacán, en la ciudad de México, el domingo 30 de diciembre de 1934. En la balacera participaron unos sesenta “camisas rojas”.

 

Murieron la señora Luz Camacho, dama de sociedad; Andrés Velasco Obrero; José Inés Mendoza, jardinero; Inocencio Ramírez, también jardinero; y Ángel Calderón, comerciante español. Fueron detenidas 67 personas como presuntas responsables de homicidio, entre ellas Carlos Alberto Madrazo Becerra, según el acta 202/934. Carlos fue activista de “camisas rojas” hasta 1958.