SIETE AÑOS EN EL “PODER” (6/7 PARTES)

*Hasta que la mañana del 14 de marzo de 2003, luego de trabajos de inteligencia de más de medio año, fue sorprendido en un fraccionamiento de Matamoros, Tamaulipas Redacción/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/Sol Campeche/La Opinión de México Ciudad de México.- Por espacio de siete años Osiel Cárdenas se mantuvo en el poder, hasta que la mañana del 14 de marzo de 2003, luego de trabajos de inteligencia de más de medio año, fue sorprendido en un fraccionamiento de Matamoros, Tamaulipas.
En ese entonces ya no contaba con Arturo Guzmán Decena, “El Z-1”, que había sido abatido el 21 de noviembre de 2002 y cuando los guardaespaldas del capo quisieron reaccionar era demasiado tarde, además de que su cuerpo de seguridad nunca se percató que días antes habían llegado a Matamoros un centenar de militares y 50 agentes de la Agencia Federal de Investigación.
La noche anterior a su captura, grupos de mariachis, bandas y tríos tocaban en forma alternada. Osiel había ordenado que no faltara la música, mientras que en las calles de Matamoros, militares y federales se disponían al operativo.
La fiesta se prolongó durante toda la noche y al amanecer, Osiel se dispuso a dormir, se fue a una de las recámaras, se tendió en la cama sólo con el pantalón puesto y se quedó profundamente dormido.
A las 9:57 de la mañana, los gafes y federales irrumpieron en la casa del capo y fueron repelidos con disparos y granadas por una veintena de guardaespaldas que estaban en dos vehículos custodiando a Cárdenas Guillén.
Las detonaciones lo despertaron, por lo que se levantó como impulsado por un resorte y corrió a la parte trasera de su casa; se brincó la barda y trepó al techo de una de las casas de sus vecinos. Intentaba salir por una calle lateral, pero toda la manzana estaba cercada por lo que finalmente es detenido.
Durante su captura se dieron tres enfrentamientos: el primero, cuando los militares llegan a la casa del capo; el segundo con francotiradores y el tercero, cuando Osiel es trasladado al aeropuerto de Matamoros y lo intentan rescatar sus cómplices y se enfrenta a balazos con la Policía Federal Preventiva, que se suma al operativo.
El capo fue subido a un avión de la Fuerza Aérea y trasladado a la Ciudad de México. Era un viaje sin retorno. La aeronave aterrizarlo a las 13:30 horas en la base Santa Lucía y de ahí fue llevado en un helicóptero al Campo Militar Número Uno, donde fue puesto a disposición de la Unidad Especial Contra la Delincuencia Organizada (UEDO).
Una semana después de su aprehensión, el 21 de marzo de 2003, se le dicta auto de formal prisión por los delitos de delincuencia organizada y daños contra la salud, en diversas modalidades y se le recluye en el penal de máxima seguridad de la Palma (hoy Altiplano), ubicado en Almoloya, Estado de México, desde donde continuó ejerciendo como cabeza del cártel.