- La suerte de «Ma Baker» terminó el 19 de agosto de 2002, cuando policías ministeriales llegaron a su domicilio, en la Poniente 29, colonia La Perla, en Nezahualcóyotl
Redacción/La Opinión de México/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/Sol Campeche/Sol Chiapas/Sol Belice/La Opinión de Puebla
(Segunda y última parte)
Ciudad de México.- En un lapso de 20 días, «Ma Baker» ordenó la ejecución de otros tres mandos policiacos: Arturo Pérez Estrada, responsable de la base Plata en la delegación Iztapalapa, el 25 de abril en la calle Lázaro Cárdenas y Cuarta Avenida, de la colonia Benito Juárez, Nezahualcóyotl, Estado de México. Recibió 3 tiros en la cabeza y cinco en el cuerpo.
Guillermo Robles Liceaga, director de Operaciones Mixtas de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital del país, fue ejecutado de igual manera el miércoles 1º de mayo del 2002, junto con su escolta Martín Guerrero Rojas, en Río Consulado, a la altura de la estación del Metro Aragón, Colonia Casas Alemán, en Gustavo A. Madero.
Los policías que los acompañaban, Jorge Luis Romano y José Manuel Romero, resultaron heridos. El 14 de junio del mismo año, Nicolás Humberto del Águila Jiménez, agente del Ministerio Público Federal, colaborador de Roldán Quirino, fue secuestrado al mediodía por presuntos agentes de la Procuraduría General de la República.
El funcionario salía de su casa, en la colonia Pro Hogar. Tan solo una hora después, el cuerpo sin vida fue localizado sobre la avenida Bordo de Xochiaca, atrás del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Presentaba huellas de tortura, tenía tres balazos en la cabeza, cuatro más en el cuerpo y estaba atado de manos y pies con girones de una toalla. Para ese entonces, la organización de “Ma Backer” ya no solo operaba en la zona oriente de la capital y en municipios del Estado de México, sino se había extendido a Morelos, Querétaro, Puebla y Michoacán.
En una libreta, luego de que finalmente fuera detenida la mujer, se encontró una larga lista con nombres de agentes federales que estaban en su nómina. Su red de protección estaba integrada por más de 20 servidores públicos, incluidos un magistrado federal y una juez de distrito, cuyos nombres no fueron revelados por las autoridades.
La cadena de asesinatos de agentes policíacos y funcionarios públicos, desató una verdadera cacería y la suerte de «Ma Baker» terminó el 19 de agosto de 2002, cuando policías ministeriales llegaron a su domicilio, en la Poniente 29, colonia La Perla, en Nezahualcóyotl.
En el operativo fueron detenidos casi todos los integrantes de la banda: “Ma Backer”, sus hijas Nadia Isabel y Gabriela Bustos Buendía, así como Fernando Morales Castro, Agustín Guardado Vázquez y Mario Solís Araiza.
En esa ocasión logró escapar su yerno, Carlos Morales Gutiérrez, “El Águila” principal lugarteniente, y su esposa, Norma Patricia Bustos Buendía. Pasarían dos años más, hasta que el 6 de mayo de 2004 ambos fueron capturados en una vivienda de una vecindad localizada en la colonia Las Águilas.
Delia Patricia Buendía fue encarcelada en el penal de Santiaguito, Almoloya de Juárez, acusada de narcotráfico y delincuencia organizada y fue condenada a 60 años de cárcel.
Los demás miembros de la banda fueron sentenciados a penas menores. El Cártel de Neza quedó extinguido, pero ya había dejado las bases para que nacieran otras organizaciones, igual o más poderosas que la de “Ma Backer”.