Nació y creció entre contrabandistas, narcotraficantes y capos
Redacción/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/La Opinión de México
Ciudad de México.- Vinculada al narcotráfico desde los noventas, viuda de dos veces de comandantes federales ejecutados por la mafia; vuelta a casar con importante capo colombiano; sobrina de los mayores narcos mexicanos Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero y amiga íntima del “Chapo”, “El Mayo” y los Beltrán Leyva; Sandra Ávila Beltrán, mejor conocida como “La Reyna del Pacífico”, fue liberada y no enfrenta ningún cargo en contra que pudiera llevarla nuevamente a prisión.
Cinco años de cárcel y una multa de mil días (100 mil pesos, a aproximadamente), fue la sentencia contra Sandra para que finalmente La Reina del Pacífico abandonara el Módulo para Mujeres del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 4, El Rincón, en Nayarit, el sábado 7 de febrero de 2015.
A las 22:05 horas de ese día, manera sigilosa, sin la presencia de periodistas ni observadores molestos, se abrieron las puertas del módulo femenil del Cefereso 4 para dar paso hasta la aduana de vehículos a un contingente de cuatro camionetas tipo Suburban.
A una de ellas subió Sandra. Otra fue a la vanguardia, abriendo paso y las otras dos a la retaguardia, a manera de escolta.
Pese a que su condena le había sido rebabada en dos terceras partes, tras confesarse culpable -inicialmente fue sentenciada a 15 años de cárcel-, su abogado Jorge Alfonso Espino Santillán se quejó que su liberación tardara 24 horas, ya que la orden fue girada el 6 de febrero y la mujer salió al día siguiente.
La magistrada del Segundo Tribunal Unitario del Tercer Circuito, que revocó la sentencia del juez séptimo de Distrito de Procesos Penales Federales en Jalisco, ordenó su inmediata libertad dentro del recurso de apelación 273/2014, bajo el argumento de que ya había sido juzgada por el mismo delito, operaciones con recursos de procedencia, tanto en México como en el extranjero.
Ante su inminente liberación, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) emitió un comunicado en el que establecía que la resolución judicial no admitía recurso legal alguno.
Sandra Ávila Beltrán fue detenida el 28 de septiembre de 2007, hace 13 años y tres meses, acusada por delitos contra la salud, delincuencia organizada y lavado de dinero, pero sólo pudieron consignarla por portación de arma de fuego.
Sin embargo, por acusaciones de Estados Unidos, en agosto de 2012 fue extraditada a los Estados Unidos para ser juzgada por tráfico de cocaína; un año después se declaró culpable en un tribunal de ese país por asistencia económica a un narco convicto. Esa confesión le valió para que condena inicial de 15 años le fuera disminuida a cinco.
Por el tiempo compurgado en nuestro país, un año después fue repatriada a México y le fue cumplimentada la orden de reaprehensión para continuar con el proceso penal dentro de la causa 46/2011, por lo que volvió a ser encarcelada en el Centro Federal de Readaptación Social en el estado de Nayarit.
Conforme a las leyes estadounidenses, se contemplaba una condena de 15 años o incluso hasta cadena perpetua, principalmente por narcotráfico, pero al confesarse culpable de haber brindado “asesoría” a su esposo, Juan Diego Espinoza Ramírez, alias “El Tigre”; uno de los jefes del Cártel del Norte del Valle de Colombia, considerado el principal enlace con el Cártel de Sinaloa de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, “La Reina del Pacífico” obtuvo una considerable reducción en su condena.
Con ello, Sandra Ávila evitó ir a un juicio en el que hubiera tenido que enfrentar el cargo de asociación ilícita para importar y distribuir cocaína en Estados Unidos, lo que le hubiera significado una pena mucho mayor, incluso haya cadena perpetua.