*Dueño de una carrera política meteórica –en diez años fue activista del PRI, legislador local, alcalde de Guadalajara y gobernador de Jalisco –la vida política y personal de Aristóteles Sandoval Díaz no fue ajena a escándalos de corrupción ni al narcotráfico
*Desde años atrás se conocían, a través de diversos expedientes, sus presuntos vínculos con operadores financieros del cártel de Sinaloa, quienes aparecen señalados como los principales aportadores de dinero para financiar sus actividades políticas.
Un caso relevante fue el asesinato de Humberto Loya Alatorre, en 2005, cuando salía del estadio Jalisco. Este personaje era operador de Ignacio “Nacho” Coronel y financiero de Aristóteles Sandoval.
Sus vínculos con el político jalisciense se descubrieron cuando las investigaciones relevaron que la última llamada que hizo momentos antes de ser ejecutado fue precisamente al exgobernador de Jalisco
*Además, durante su gestión como alcalde de Guadalajara y gobernador del estado, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) alcanzó uno de los auges más notables en el mundo del crimen. Siendo gobernador, gatilleros de este grupo criminal ejecutaron al entonces secretario de turismo, Jesús Gallegos, cuando salía de la Casa Jalisco luego de una reunión con el gobernador
*A Gallegos se le relacionó con el cártel de Los Caballeros Templarios; se dijo que lavaba dinero para ese cártel y que pretendía abrirle la puerta del estado, lo que molestó a Nemesio Oseguera, “El Mencho”, quien dio la orden de ejecutarlo. La muerte de Aristóteles Sandoval no tiene otra explicación: se trató de un claro ajuste de cuentas de la mafia
Ricardo Ravelo / Sol Quintana Roo / Sol Yucatán / La Opinión de México
Ciudad de México.- Ligado a escándalos que lo mismo lo relacionaron con el narcotráfico que con actos de corrupción y tráfico de influencias, la madrugada de este viernes fue asesinado en Puerto Vallarta, Jalisco, el exgobernador Aristóteles Sandoval, quien gobernó la entidad desde marzo de 2012 a 2018.
Los hechos ocurrieron al interior del restaurante bar Distrito 5, a donde el exmandatario arribó a las 10:00 de la noche. Como era su costumbre, el político priista llegó resguardado con unos quince escoltas.
En su camioneta iba acompañado de una persona, minutos después de entrar al restaurante, una mujer y un hombre se reunieron con el exgobernador. A las 01:40 de la madrugada, Aristóteles Sandoval se levantó al baño.
Un sujeto, que se levantó de otra mesa, lo siguió y cuando entró al sanitario le disparó al exmandatario por la espalda, quien cayó al piso herido. El sujeto salió intempestivamente.
Los escoltas de Sandoval le dispararon e intentaron detenerlo, pero otro grupo, presuntamente un comando que estaba en el lugar, lo ayudó a escapar al repeler el fuego.
En ese momento se desató una balacera dentro del restaurante.
Algunos escoltas de Aristóteles Sandoval resultaron heridos. Del atacante y del comando que lo protegió, nada se sabe.
De acuerdo con un video que circula en las redes sociales, los gatilleros habrían seguido el vehículo en el que Aristóteles Sandoval fue trasladado de urgencia al hospital “La Joya”.
De acuerdo con otras versiones, los sicarios pretendían rematarlo. No fue necesario. Tan pronto arribó al hospital, el exgobernador de Jalisco fue declarado muerto.
Lo extraño de toso este asunto, cuyos pormenores ya se investigan por parte de la Fiscalía de Jalisco, es que los meseros del restaurante Distrito 5 limpiaron la escena del crimen. Se asegura que borraron toda huella e indicio que pudiera identificar al atacante y al grupo armado que lo acompañaba y que se encontraban en el mismo lugar.
Aunque las evidencias presuntamente fueron borradas en el restaurante “Distrito 5”, en las redes sociales circuló otro video donde el comando armado intentó rematar al exmandatario incluso desde que fue sacado del restaurante y era llevado al hospital La Joya.
En el video se observa cómo desde una camioneta Jeep Liberty y un taxi abrieron fuego contra la escolta de Aristóteles Sandoval. De acuerdo con datos extraoficiales, al menos tres escoltas habrían sido asesinados
Aristóteles Sandoval: sus nexos criminales
Aristóteles Sandoval Díaz construyó una carrera política meteórica: de ser activista del PRI, fue electo diputado local, presidente municipal de la ciudad de Guadalajara y, desde ese trampolín, saltó a la gubernatura del estado con el respaldo del entonces presidente Enrique Peña Nieto.
Al igual que Javier Duarte y Roberto Borge, Sandoval Díaz también fue elogiado en su momento por ser parte de una nueva generación de priistas que arribaban al poder, llamados por Peña Nieto “los nuevos rostros del PRI”, que después terminaron encarcelados o señalados de servir al crimen organizado, como fue el caso del exgobernador de Jalisco.
Desde que era legislador local brotaron los escándalos alrededor de Aristóteles Sandoval por sus presuntos nexos con el narcotráfico. En diversos expedientes judiciales aparece vinculado con personajes relacionados con el narcotráfico, en particular del cártel de Sinaloa; también con operadores de Ignacio “Nacho” Coronel, quien murió en 2010 durante un enfrentamiento con efectivos de la Marina; de igual forma se le relacionó con financieros al servicio de Ismael “El Mayo” Zambada, quienes de acuerdo con los testimonios financiaban las actividades políticas del político jalisciense.
El primer escándalo que enfrentó ocurrió en febrero de 2005. Ese día un personaje del crimen organizado –Ignacio Loya Alatorre —, identificado por la extinta Procuraduría General de la República como operador financiero de “Nacho” Coronel, acudió al estadio Jalisco para ver un partido de futbol.
Horas antes, Loya Alatorre le había pedido a su chofer, Sergio Ocegueda García, que fuera al banco a realizar unos depósitos que “le urgían al patrón”.
Loya Alatorre entró al estadio Jalisco, se acomodó en su palco de lujo y se dispuso a ver el encuentro entre Las Chivas rayadas del Guadalajara y el Monterrey. En el previo, realizó algunas llamadas desde su teléfono celular.
Noventa minutos después, tras finalizar el partido, permaneció sentado en su palco. Esperó que la gente saliera. Cuando el estadio estaba casi vacío, salió. Ya en la calle, caminó unos cuantos metros y de manera sorpresiva fue atacado a balazos. Una ráfaga de balas le atravesó el cuerpo. Loya Alatorre cayó al piso. Su muerte fue instantánea.
El caso alcanzó notoriedad cuando la entonces Procuraduría de Jalisco empezó las investigaciones del caso. El chofer, Sergio Ocegueda, regresó al estadio y vio a su jefe tirado en medio de un charco de sangre.
Las autoridades investigadoras aseguraron las pertenencias de Loya Alatorre, entre otras cosas, una libreta y su teléfono celular. Las indagaciones pronto confirmaron que la libreta de apuntes era en realidad una “narconómina”. Ahí estaban los nombres de decenas de personas y cantidades anotadas, por lo que se infiere que se trataba de los pagos realizados.
Después de hacer las revisiones pertinentes, las autoridades también acreditaron que la última llamada que salió del celular de Loya Alatorre fue para Aristóteles Sandoval, con quien tenía amistad.
De esta manera, se acreditó que el occiso tuvo relación estrecha con Sandoval, quien posteriormente fue electo alcalde de Guadalajara. El propio Sandoval, sin embargo, negó en un principio tener relación con Loya Alatorre, quien fue identificado como operador financiero de Ignacio “Nacho” Coronel, pieza importante del cártel de Sinaloa.
Después, tras el avance de las investigaciones, Sandoval Díaz reconoció que sí eran amigos. Las investigaciones del caso y los datos contenidos en la averiguación 029/2007/HI/A establecen que Loya Alatorre era amigo de Aristóteles Sandoval desde el año 2005.
La misma indagación señala, además, que Sandoval Díaz conoció a Loya por medio de Alfredo Barba Mariscal, quien fue secretario del Ayuntamiento de Tlaquepaque e hijo de Alfredo Barba Hernández, líder estatal de la CROC .
Las pesquisas siguieron arrojando datos y evidencias, entre otras, las que indican que Aristóteles Sandoval recibía financiamiento de Loya Alatorre para pagar sus actividades políticas.
En el expediente referido aparece que uno de los últimos apoyos que recibió el exgobernador asesinado el jueves 17 fue por la suma de 100 mil pesos, aunque el exalcalde de Guadalajara negó que él recibiera dinero de Loya Alatorre. También declaró que desconocía las actividades empresariales de su amigo.
Pero en medio de esta trama apareció un testigo clave: Sergio Ocegeda Martínez, el chofer de Loya Alatorre. También fueron interrogadas varias personas que conocieron las relaciones de Loya Alatorre con el crimen organizado, en particular, con la célula del cártel de Sinaloa que entonces estaba afincada en la ciudad de Guadalajara; dijo, además, que Loya tenía una relación sentimental con Teresa López, exregidora del Ayuntamiento de Zapopan, con quien vivía.
También dijo que su jefe tenía un palco de lujo en el estadio Jalisco y que uno de los invitados especiales era precisamente Aristóteles Sandoval.
De acuerdo con las investigaciones que entonces hizo la extinta PGR, Ignacio Loya Alatorre –el amigo y financiero de Aristóteles Sandoval –no era un personaje menor en el mundo del narcotráfico: era primo de Humberto Loya Castro, “El Licenciado”, operador financiero de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, entonces poderoso jefe del cártel de Sinaloa. También era operador del grupo criminal en Monterrey, Nuevo León.
Además, Humberto Loya fue el contacto de la DEA y el cártel de Sinaloa para establecer el supuesto pacto de impunidad al que aludió la defensa de Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada García en el juicio que se dirimió contra él en una corte de Chicago.
Ignacio Loya, el primo de Humberto Loya, fue el abogado que, según el expediente de “El Vicentillo” contactó a altos mandos de la DEA en 2004 para que dejaran de perseguir al cártel de Sinaloa y, a cambio de ello, la organización criminal le aportaría información a la agencia norteamericana sobre las actividades de grupos rivales.
El auge del cártel de Jalisco
Durante su gestión como presidente municipal de Guadalajara, primero, y como gobernador, después, Aristóteles Sandoval fue una pieza clave para el crecimiento y expansión del cártel de Jalisco. Bajo su gobierno, la organización criminal que dirige Nemesio Oseguera alcanzó mucho poder, tanto, que pudo desprenderse del cártel de Sinaloa, sus socios iniciales, y emprender su desarrollo en todo el país.
Actualmente, el cártel de Jalisco es el segundo más importante. Domina desde Quintana Roo hasta Baja California el tráfico de drogas, el robo de combustibles –conocido como “Huachicol” –la distribución de drogas sintéticas y ha convertido el secuestro en toda una industria, lo mismo que el cobro de piso. Sus tentáculos, incluso, ya llegaron a la ciudad de México, según han reconocido las autoridades, donde hasta hace algunos años este hecho se veía muy remoto.
En el año 2013, el entorno del entonces gobernador Aristóteles Sandoval sufrió una fuerte sacudida. José de Jesús Gallegos, quien fungía como secretario de Turismo, fue ejecutado cuando salía de la Casa Jalisco, donde había sostenido una reunión con Sandoval.
Según el expediente del caso, los autores del crimen fueron gatilleros al servicio de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, jefe del cártel de Jalisco, quien habría dado la orden de ejecutar al funcionario debido que el capo recibió información en el sentido de que el funcionario estaba relacionado con el cártel de Los Caballeros Templarios.
El expediente sostiene, además, que Oseguera Cervantes tenía información relevante sobre las actividades de José de Jesús Gallegos: trascendía al interior del cártel de Jalisco que estaba lavando dinero de Los Caballeros Templarios, que pronto le darían un puesto relevante a nivel federal, presuntamente en la policía, y que esta sería la oportunidad de entregarle la plaza de Jalisco a los Caballeros Templarios, con lo cual el cártel de “El Mancho” sería desplazado.
Tras conocer estos detalles, “El Mencho” dio la orden de asesinar al funcionario. Durante varias semanas fue seguido por sicarios del cártel de Jalisco. En una ocasión, por ejemplo, estuvo a punto de ser ejecutado en su propia oficina, pero los gatilleros temieron ser detenidos. Sin embargo, el 15 de mayo de 2013 el entonces secretario de turismo acudió a una reunión de Gabinete a la “Casa Jalisco”.
Los sicarios rodearon el sitio de manera discreta, según se relata en el expediente del caso. Cuando Gallegos salió de su reunión fue seguido por los criminales, quienes unas cuadras después lo ejecutaron en un alto. El cuerpo de Gallegos recibió varios impactos. Su cabeza ensangrentada y perforada por las balas quedó recostada en la ventanilla de su camioneta.