Hoy Escribe Rafael Loret de Mola

DESAFÍO

Rafael Loret de Mola/Sol Campeche 

*Conformismo Ruin

*El Chapo Seductor

¿La mayor parte de los mexicanos no se han percatado de su enorme contribución al fracaso del modelo político y, por ende, cuanto devino de un gobierno putrefacto, ilegítimo –reprobado por nueve de cada diez ciudadanos-, me refiero al de peña, y presidencialista con la fusión además de la partidocracia intolerante? Creo que no si evitamos caer en la cursilería de ablandar los hechos para no comprometer al pueblo, liso y llano, que siempre se siente víctima, jamás victimario, y señala hacia la cúpula del poder para zafarse de cualquier responsabilidad ante la historia y su país. De este hecho significativo se eleva cuanto exige justificadamente a la actual administración federal, razonablemente más que a ninguna otra porque fue mucho cuanto ofreció; no vale, pues, medir cuánto robaban antes, sino señalar por qué los vicios continúan en todos los niveles de la vida pública.

El conformismo, acaso una de las peores ramificaciones de la demagogia que nutre de elementos para asegurar la pasividad de las masas y su sometimiento “voluntario”, cada vez se deja sentir con mayor fuerza entre nosotros a la vez que escuchamos las quejas y reproches reiterativos contra el mal gobierno, el actual, y los efectos devastadores de una economía vapuleada por la escasa visión de los “sabios” economistas al servicio del Estado, la violencia reiterada cada día y el horror de temer hasta a nuestra sombra al grado de optar por vivir con la cabeza viendo hacia los pies y la boca cubierta para defendernos de la pandemia que no ha sido capaz de superar la soberbia del presidente, el nuevo tlatoani sin penacho. Terrible disyuntiva está en medio de un mundo globalizado e insensible ante las diferencias sociales agudas.

La Anécdota

Hagamos un poco de memoria:

Recapturan a “El Chapo”, luego lo extraditan –tras breve temporada en Ciudad Juárez-, y los escépticos presuponen, enseguida, que se trata de un montaje por efecto de tantas mentiras gubernamentales y de la manera como suele manipularse a la opinión pública culpando de cada farsa ¡a los medios y no a las fuentes de información, los propios funcionario! No hay credibilidad porque nos la han arrebatado y ni siquiera existe la certeza de que Mario Aburto Martínez –acusado por al magnicidio de Colosio y ahora reo en una prisión de “seguridad media” cerca de Coatzacoalcos-, sea quien dice ser considerando las fotografías tomadas en Lomas Taurinas y las de él en prisión, sin el bigote exhibido a la hora del crimen.

Lo mismo pasa con Joaquín Guzmán Loera cuyas diferencias en el rostro y estatura han sido obsesivamente mencionadas por un amplio sector si bien las explicaciones “científicas” son avales de las versiones oficiales. Yo entrevisté a Mario Aburto en 2002 en Almoloya y debo certificar que es el mismo.

Pero lo anterior no es lo grave. Lo verdaderamente lamentable, más allá de los usos políticos de las capturas y la impunidad con la que reina su verdadero jefe, Ismael “El Mayo” Zambada, fue la efervescencia de no pocos sinaloenses quienes manifestaron abiertamente sus simpatías por el criminal, sea o no quien estuvo en el Reclusorio de Almoloya antes de ser puesto en manos de los impresentables vecinos, desestimando sus horrores y exaltando sus orígenes y hasta la pinta de “valiente” cuando se trata de un cobarde que asesinó por la espalda, azuzó a sus huestes y sembró el caos. Ninguna justificación existe para los cientos de homicidios perpetrados por el «cártel de Sinaloa” con tal de preservar la guerra entre mafias que no sirve para impedir el tránsito de las drogas hacia los Estados Unidos. No ha disminuido sino aumentado el tráfico de estupefacientes en el sexenio que corre.

Y a pocos sorprendió la reiteración de algunas chicas con blusas entalladas y la leyenda: “Chapo, Hazme un Hijo”, sobre los pechos voluminosos. Como si se vendiera carne; peor: cuál si se tratase de un concurso, de esos que organizaba el “pato” Donald Trump –quien para colmo de males llegó al impeachmeant sin callarse la boca llena de viboitas-, para ofrecerse a cuantos tienen capital de sobra, tanto que hasta les pica a los bolsillos, e imponen la economía del narcotráfico para volcarla a los palacios de los palacios de esos que enorgullecen al premiado anciano Alberto Bailléres y en donde, como en los casinos, solo comer es medianamente barato… si nos conformamos con las sobras.