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DEL ABSURDO

Francisco Medina/Sol Campeche

López Obrador el cristo de Macuspana

El fanatismo de los chairos no tiene límites y son capaces de decir que López Obrador es como Jesucristo y no han faltado quienes han puesto en sus casas altares con la imagen del pejemesías a quien le prenden hasta veladoras y no es mentira porque el que esto escribe así lo vio en casa de un chairo, quien no dudó en decir que cuando andaba en campaña, recorría el país como Jesús llevando el evangelio, la verdad y la palabra…hágame usted el favor.

Pero por si esto fuera poco, en una entrevista realizada por Fernando del Collado para su programa Tragaluz, Antonio Anttolini, aspirante a diputado federal por Morena no dudó al decir que López Obrador estaba  al nivel de Jesucristo.

Pero las cosas no quedaron allí, ya que Estefania Veloz dice que AMLO es superior a Jesucristo, pues este nunca había logrado llenar el zócalo capitalino tantas veces. Pa su ma…

Y claro, las críticas contra Attolini y Estefania no se hicieron esperar. EL perredista Fernando Belanzurán apuntó en su cuenta de twitter que a López Obrador le gustan las lisonjas y por eso la competencia de lambiscones está fuera de control. Le soban el ego para estar en su gracia.

La exsenadora  Angélica de la Peña, dijo: “A Attolini lo conocí siendo totalmente lo opuesto a lo que hoy es; la gente cambia cuando cruza la línea del fanatismo oportunista: se le nubla la razón y dice puras tonterías”

Y el escritor Alejandro Rosas, tras carcajearse calificó de “idiota” a Attolini por sus expresiones

Pero lo que si es que para los AMLOvers cualquier expresión en contra de ya saben quién, es una expresión de AMLOFobia, esto según un estudio realizado por la UNAM, quienes aseguran que los síntomas de intolerancia hacia la figura de López Obrador pueden desatar enfrentamientos verbales.

Lo que me pregunto es cómo es que dicen que pueden desatar enfrentamientos verbales, cuando estos se dan por centenares en las redes sociales, en las sobremesas de café, en las oficinas, en las calles y ha dividido a familias y enemistado a quienes se decían amigos, y ahora se ven como enemigos, bueno por una de las partes que resulta ser más intolerante.

De acuerdo con la investigación llamada “AMLOFobia. Manifiesto contra la intolerancia”, se corre el riesgo de que México, quede polarizado.

El estudio fue realizado por un grupo de estudiantes encabezados por el investigador de la FES Acatlán de la UNAM, Jaime Pérez Dávila quien coordino la investigación sobre el fenómeno llamado “AMLOFobia”.

Según la investigación, expresiones como “chairos”, “pejezombies”, “lopitetos” y “prietos”, e incluso, respuestas del mismo López Obrador como “Ricky Riquín Canallín” son parte de la alerta de violencia verbal que puede convertirse en física.

Algo que aquí alertamos cuando dijimos previo a las elecciones del año pasado, que circulaban en las redes sociales mensajes en donde incitaban a “quemar vivos a los mapaches, junto con sus familiares y posesiones”.

El estudio señala que en su discurso, esta ciudadanía autoritaria anti AMLO, se proyecta atribuyendo a lo otro, lo ajeno a mí, los vicios que se encuentran en su propia personalidad. “AMLO es el espejo de ellos mismos: autoritario y ególatra, hipócrita y falso, soberbio y mesiánico, nacionalista y antiglobal. Es no solamente una percepción sino también una actitud y una representación de la ciudadanía mexicana. Al parecer no minoritaria ni marginal”, ¡chúpale pichón! Dijera Héctor Lechuga.

AMLOFobia, nos muestra que es, además, una sociedad intolerante. Y que en momentos de incertidumbre afloran el desprecio y el resentimiento más que el aprecio y la reconciliación.

Nos alerta de que existe ya un quiebre institucional que podría terminar de desbaratar el tejido social. Que estamos ante una deriva autoritaria y una intervención o parálisis de la democracia que puede concluir en una implosión o explosión social de gran magnitud.

El investigador de la UNAM alertó que los mexicanos se han confrontado tanto dentro de las familias como en centros laborales y entre amigos, con un lenguaje discriminatorio hacia AMLO y los simpatizantes de Morena, pero nunca señala como se expresan los seguidores de AMLO contra las personas que no están de acuerdo con su preferencia electoral, “o estás conmigo, o estás contra mí”.

De acuerdo con el autor, su obra conduce a la creación de un “Intolerómetro”, que va desde un lenguaje despectivo hacia la forma de hablar del político tabasqueño, y el más extremo, considera los llamados a terminar con la vida del aspirante presidencial, los cuales incluso han sido emitidos por líderes de opinión.

Lo que nos lleva a pensar que para quienes no estén de acuerdo o no simpaticen con AMLO, lo mejor es mantener la boca cerrada, porque en boca cerrada no entran moscas y calladitos se ven más bonitos…Mientras los AMLOvers se despachan con expresiones como las de Attolini. En una de estas y como estamos en  vísperas de Semana Santa no vaya siendo que anden crucificando a su pejemesías en el cerro de la Estrella en Iztapalapa.