*Datos extraoficiales indican que se trata de más de 700 mil
Redacción/Sol Quintana Roo/Sol Yucatán/Sol Campeche/La Opinión de México
De acuerdo con la opinión de expertos en temas de seguridad, existen varios factores que agravan el problema de tráfico de armas hacia nuestro país, como la facilidad de conseguir armas convencionales, en particular las pequeñas y ligeras, en su gran mayoría provenientes de EU.
Pero no nada más proviene de Estados Unidos, sino que ahora Centroamérica figura como un gigantesco bazar de las mafias de México para negociar armas y drogas.
A cambio de desplegar labores de puente en Centroamérica, para que las cargas de cocaína enviadas de Colombia, Venezuela, Ecuador o Perú por aire, tierra o mar, lleguen a México y Estados Unidos, los cárteles mexicanos pagan a sus contactos en la región con dinero en efectivo y en especie, es decir con droga que redistribuyen en los mercados locales, así como armas y municiones.
Un estudio del Senado de la República realizado en 2015, revelan datos sumamente interesantes.
Precisa que el tráfico de armas se define como la introducción al territorio nacional, en forma clandestina, de armas, municiones, cartuchos, explosivos y materiales de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea o sujetos a control (PRG, 2008).
Hasta hora, destaca el estudio, las autoridades mexicanas no han detectado a ninguna organización del país o del extranjero que controle el tráfico de armas, sino a intermediarios que operan para ellos.
Es, dicen, un tráfico “hormiga” que llevan a cabo ciudadanos estadounidenses o residentes legales a cambio de dinero y las mismas rutas de la droga hacia Estados Unidos son utilizadas para traficar armas en sentido contrario.
En la frontera México-Estados Unidos, hay 19 lugares formales de cruce y un número indeterminado de cruces informales. Los EU tienen identificadas 5 rutas primarias del tráfico de armas, las cuales inician en Washington, Utah, Colorado, Illinois, Georgia y Florida y llegan a las ciudades de San Diego, Nogales, El Paso, Laredo y McAllen.
La entonces Procuraduría General de la República, identificó cuatro rutas para el tráfico de armas: Pacífico, Centro, Golfo y Sur.
Pacífico: Tijuana, Mexicali, Nogales, Hermosillo, Culiacán, Tepic, Guadalajara, Morelia, Chilpancingo y Oaxaca; Centro: Ciudad Juárez, Chihuahua, Durango, Morelia, Chilpancingo y Oaxaca; Golfo: Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Ciudad Miguel Alemán, Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria, Veracruz y Oaxaca y Sur: Balacán, Tuxtla Gutiérrez, Ciudad Cuauhtémoc, Tapachula y Ciudad Hidalgo.
Por otra parte, el Instituto Internacional de Paz de Estocolmo estima que Estados Unidos destina más de 340 mil millones de dólares al año para el desarrollo, producción e instrumentación de armas, lo cual lo convierte en el país armamentista más grande del mundo, por encima de Rusia y Alemania.
Dicho instituto reveló que de las 100 empresas fabricantes de armas con mayores ganancias, 45 se encuentran en Estados Unidos y que no hay grupos clandestinos que vendan armas, ya que a lo largo de toda la frontera con México existen algo más de 12 mil establecimientos.
Esos sitios venden armas de alrededor de 100 mil permisionarios legales en todo el territorio de Estados Unidos, ya sea en negocios legalmente constituidos o a través de las llamadas ferias de las armas “Gun Show”, que operan a lo largo de la franja fronteriza.
Cerca de 6 mil 700 armerías se concentran en las zonas limítrofes con México: California, Arizona, Nuevo México y Texas, con un promedio de dos establecimientos por kilómetro.
Diariamente se introducen de manera ilegal alrededor de 2 mil armas a México, lo que eleva el número de 200 mil, estimado por nuestro gobierno, a 730 mil al año, destinadas a abastecer a los cárteles de la droga, la delincuencia organizada y común y a millones de civiles que ven en su posesión una defensa ante la creciente sensación de inseguridad.
Las armas que ingresan al país de manera ilegal pasan de los Estados Unidos, ocultas en vehículos terrestres, llantas de refacción, respaldo de asientos, huecos en las carrocerías, aytobuses de pasjeros, etc.
En México hay más de 8 mil comerciantes de armas en los estados fronterizos con los Estados Unidos de Norteamérica y el Cártel de Tepito de la Ciudad de México cuenta con al menos 35 puntos de venta de armas procedentes de EU o son producto de los robos de armas a la misma Sedena.
Esas son cifras que corresponden al estudio de 2015, pero en cinco años, se estima que las estadísticas han crecido lo menos un 35 por ciento, así que un breve cáculo nos dará una idea de en qué condiciones nos encontramos actualmente en cuanto al tráfico de armas en nuestro país.
El endurecimiento de la vigilancia en la frontera norte de México, ha propiciado la apertura de nuevas rutas y formas para el tráfico de armas.